A lo largo de mi ya, podríamos decir, extensa vida en el mundo virtual de Second Life he intentado ser coherente con una filosofía y línea de comportamiento. Tal como soy en la vida real, aplico en el mundo virtual el mismo comportamiento (lo bueno y lo malo, que nadie es un santo) y las mismas filosofías de vida para encauzar este camino que nos toca vivir.
¿A que viene esta introducción?
Pues bien, en todo este tiempo he dedicado buena parte del mismo a ayudar a otros usuarios a solucionar sus problemas cotidianos dentro de Second Life. He participado y aportado en distintos proyectos que me han parecido buenos y correctos y, dentro de mi línea de pensamiento, he respetado las reglas de juego de cada proyecto intentando ser un miembro activo y útil a cada grupo en el que he participado.